24.04.2002.
No puedo dejar de verte
perdona mi necedad
si antes fuiste una amistad
ahora no quiero perderte.
Tal vez fue la soledad
me dejó el alma doliente
de un mundo solo y silente
del corazón la oquedad.
Eres como un sueño ardiente,
dispersas mi opacidad
brindándome claridad,
de mi destino el oriente.
Se apresura nuestra edad
de frente al tiempo inclemente;
Pido a Dios el ser paciente
y a ti dar felicidad.
Nelson Rivas Zambrano, Venezuela.
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