Hoja por hoja se vienen cayendo
parecen muertas por su sequedad,
tampoco la copa habrán de alcanzar
aunque desde el suelo fueron subiendo.
La vida misma es que pasa corriendo
inexorablemente hacia el final
buscando con esfuerzos libertad,
y al desprendernos ya estamos muriendo.
Queda el consuelo al final de la vida,
de haber sembrado semillas de amor
con mucha esperanza en todo el entorno.
No toda batalla arribó perdida,
ni la tristeza culminó en dolor
si ves en la vida tiempo de otoño.
Nelson Rivas Zambrano, Venezuela
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